sábado, 11 de junio de 2011

Primer premio Barrio de Maternidad (Tomelloso) por la Obra "Delicado sentimiento"

Estimados amigos, con una enorme felicidad, os hago partícipes de la obtención del Primer Premio en el XVI Certamen de Poesía Barrio de Maternidad en Tomelloso, por la obra titulada "Delicado sentimiento". Esta obra se compone de ocho sonetos que escribí durante el Julio del 2010. ¡¡¡Espero que se de vuestro agrado!!!.



DELICADO SENTIMIENTO


I.


En un suspiro se concentra el sentimiento,
de aquél que recita enamorados versos
del sumiso interés del conocimiento,
para luego volver a amar y ser besado.

Y es recurrente el bello misterio
de las palabras que encendidas se crean
en las hojas marchitas del más absoluto tedio,
 resignado, escucho la liturgia de aquellos que se besan.

Y miro al firmamento de esperas silenciosas
con el carente contoneo de mi sensibilidad,
contando una a una las indecisas mariposas.

 En acto de compromiso, del cielo una se escapa
con las alas rotas e incoloras
y aquí espero yo, para saber a quién ama.


II.


El laberinto de mi memoria se olvida
que en los sentidos más recordados,
aquellas noches de amor fuiste mía
y qué triste es saber mis sentidos olvidados.

Pero vuelves a amontonar mis recuerdos
con la belleza de tu fastuosa risa y, en
  noches de memorias, se unen nuestros cuerpos
desnudos ante la dulzura de la brisa.

No te dejaré vagar por el silencio,
estarás aquí por el resto de mi vida
apartando la tristeza de tu vacío.

Créeme si te digo, que aunque vueles lejos,
aunque trates de escapar de mi memoria,
siempre rozaré tus mejillas con mis besos.

III.


No puedo tenerte tan cerca, rosa de amor,
pues tus espinas deformes ya no me dañan,
sólo en el corazón, me rozan sin temor,
pues ya curé el dolor de aquéllas que se clavaban.

Y plantaré más nostalgias de deseos
pues me volví inmune al desaliento,
que sé esperar tus idolatrados besos
aún sabiendo que llegará el abatimiento.

Es una promesa de eternidad la que te ofrezco,
mientras penetro en tu cáliz con pasión
envolviendo en fertilidad tu recuerdo.

Y así será que cultivaré nuestros besos
en los campos, los trigales y el cielo,
con la sangre derramada por mis sentimientos.


IV.


Ahora, te apresuras a apartar el vaho
con armonía y extensa premura,
pues es ciego el silencio apartado
y fuerte la necesidad de dulzura.

Pero antes, aparta los verdes visillos
y mira con estupor la valía del campo
y el plumaje de sus sigilos, es fácil
si observas con belleza la vida.

Entrégate a la verde fragancia de la esperanza
como entregaste tu alma enamorada
en ese momento de alegría buscada.

El infinito compondrá un deseo
de interminables recuerdos,
abstrayendo las estrellas y su destello.


V.

Ámame aunque me encuentre lejos,
desdice al silencio que te llora
que fuertes son mis bellos deseos
en el tiempo de mi ausencia y mis horas.

Seduce el recuerdo poético de mi rima
desdoblando hojas al viento,
rasgando con entereza y valentía
los minutos ausentes de mi tiempo.

Que no serán mis últimos versos
los que surquen tu conocimiento,
habrá más recuerdos y más besos.

Por ti he creado el mundo donde vivo
en un papel de silencios compartidos, esperando
 a que vuelvas sin saber por qué te has ido.


VI.


Nunca ofendas al capricho de un sentir,
nunca, aunque dudes por las formas,
es el capricho el que desea morir
en el simbolismo incoherente de las normas.

Sin sentir, arrogantes feneceremos,
tiempo al tiempo, con sabia espera
aunque coleccionemos recuerdos,
aunque así Dios no lo quiera.

Por tanto, si hay capricho, existe el sentir,
y de corazones la humanidad escasea
abramos la puerta a la felicidad de vivir.

Yo ya la tengo casi abierta
esperando verte pasar, capricho,
capricho de ser la tristeza muerta.


VII.


Siempre espero la llegada de tu vuelo
en las azoteas de esta ciudad, que asusta
por sus vicios y el constante desvelo
del mal y la inmoralidad que no gusta.

Quizás me crea capacitado para opinar,
aunque dudo a veces si pensar en todo
y dudando con matices resuelvo acabar
con mis vicios y defectos de algún modo.

Y es más fácil entregar mis ideales
que esperar tu incierta llegada,
 a los mirlos y los manantiales.

Hablo de ti, aquélla llamada esperanza,
la que vive en el cambio constante
de mis plegarias y alabanzas.


VIII.


El mañana es un acertijo para el alma
como el segundo pasado de estos momentos,
quizás por esto aparto mi sutil calma
para vivir extasiado en tus adentros.

Que nadie me diga qué pasará mañana,
no me importa, es más, quizás me asuste.
Que nadie rompa mi madeja de lana,
pues quizás veré algo que no me guste.

Quiero vivir el momento de sentirme vivo,
agarrado a las manecillas del reloj
pero con recuerdos de todo lo vivido.

Y así sentir el sabio consejo
del tiempo que me guía
y de mi corazón, ya débil y viejo.


Miguel Ángel Bernao

No hay comentarios:

Publicar un comentario