Daré toda mi riqueza tangible
al primero que asome su mirada
entre los barrotes de esta cárcel sin futuro,
esta vida, que camina sin rumbo,
entre atajos de mentira, poder y odio.
Entregaré el grillete que me une a ella,
sin romperlo, pues nada es mío,
ni tan siquiera aquello que llega
en las injusticias y desordenes
de esta humanidad que daña.
No esperaré el embargo de mi alma,
yo seré el que me entregue
sin esperar la mano ejecutoria
que derribe sueños e ilusiones.
Pero, cuando llegue ese día,
tendré todos mis versos ya esparcidos al cielo,
al poniente, al inmenso mundo
y a todos los confines del universo.
¡Que el mundo sepa que la codicia
no podrá derribar mis anhelos,
que el verso, siempre será la mano alzada,
que interrogue la conciencia de vuestro intelecto!
Y si queréis arrebatarme mi esencia,
tan sólo pido, que hurguéis en vuestras conciencias
y rescatéis del alma los lamentos del pobre,
que no sabrá alimentarse de estos versos.
Pues yo soy poeta, y nada necesito,
tan sólo que dejéis en mi recuerdo,
las palabras y su testimonio sentido,
y el viento de ataduras libre,
para que lleguen a puerto los navíos
entre la inmesa bruma de vuestro olvido.
Esto es, lo único que os pido.
Derechos reservados del autor – @Poemas 2011
Prohibida su reproducción sin la autorización expresa del autor
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