Hoy, tengo la mano erguida,
ante el talante inmoral de la injusticia,
erguida y casi muerta,
... como la hormiga aplastada
por un enorme pie de avaricia.
Y no sé a quién culpar,
quizá yo, quizá él, quizas...
Quizá esa hormiga moribunda,
ya no construya más imperios,
pidiendo pan al banquero,
que hoy pisó su ignorancia
para dejarla dañada y sin techo.
Miguel Ángel Bernao
ante el talante inmoral de la injusticia,
erguida y casi muerta,
... como la hormiga aplastada
por un enorme pie de avaricia.
Y no sé a quién culpar,
quizá yo, quizá él, quizas...
Quizá esa hormiga moribunda,
ya no construya más imperios,
pidiendo pan al banquero,
que hoy pisó su ignorancia
para dejarla dañada y sin techo.
Miguel Ángel Bernao
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