Me gustaría saber interpretar tu pantomima,
con esos gestos fríos y ademanes de locura,
con los movimientos cortos de tus pasos,
y la mirada ausente entre la multitud que mira.
Me gustaría comprender esta ufana vida
con la paciencia de tu diálogo altisonante,
vislumbrando entre luces y bambalinas,
qué esconden tus grandilocuentes actos.
Me gustaría ser la prenda que te viste
en el teatro de tu comedia dramática,
en la oscuridad silenciosa que hoy cubre
el comienzo de la interpretación más rebuscada.
¡Eres teatro, como la vida misma, que hoy se aferra
al sentimiento eterno, de tu interpretación sumisa!
Miguel Á. Bernao
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