Nací sensible,
como el oculto canto de la ninfa
bajo la noche estrellada.
¡No me quites la lágrima
que te lleva mi sed,
buscándote en los afluentes
de un destino, que cubre en lluvia
los melancólicos atardeceres!
He nacido con la lágrima
ahogando mi corazón,
con la nostálgica melodía
de mi enfermiza pasión.
He nacido para amar sin remisión,
arrimando soles a la oscura noche
arrimando soles a la oscura noche
perdiendo el alma por la vida,
pernoctando con la frescura
de la entrega y el sacrifico,
contando estrellas en cielos vacíos,
He nacido para amar y ser sensible,
con la lágrima ahogando mi corazón.
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Prohibida su reprodución sin la autorización expresa del autor
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Miguel Á. Bernao
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