Hierve la sangre en este frío cansino
que se encaja en la piel de mis arrugas,
en estas viejas manos que llevan un verso
por el contorno de una eternidad buscada,
y que tristemente no llega, ni tan siquiera
hace alarde de presencia entre los vientos,
que ya te llevaron mis enardecidas penas.
Te fuiste como el aroma de la primavera,
en una esencia de veranos calcinantes,
buscando otoños caídos en los charcos
donde no alcanzan los inviernos las hojas.
Se me pasa el tiempo volando ante tu sombra,
en esta tumba de recuerdo que te implora,
que vuelvas a darme la ilusión que contenga,
la triste angustia de tu ausencia en mis horas.
Derechos reservados del autor - @Poemas2011
Prohibida su reprodución sin la autorización expresa del autor
Prohibida su reprodución sin la autorización expresa del autor
Miguel Á. Bernao
Sígueme en: http://www.miguelangelbernao.com/
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarSuprimí el otro comentario porque con las prisas me "comí" una palabra. Puse:
ResponderEliminarLa belleza de unos tristes versos. Bien.
Besos.