Tenemos la costumbre de hablar mudos,
por eso el cielo obra nubes de tormenta
cuando el sol acaricia los nublosos días.
Es costumbre profanar recluidos misterios
en imágenes con membranas de ser humano,
rasguñar los márgenes del pensamiento,
tratando de discernir si la verdad es mentira.
¡Cuánto tiempo se pierde en trajinar los adentros,
mientras la travesía se llena de gentes y vicios,
difuminándose la luz en noches de silencios
y hambruna de codicia encerrada en sentimientos!
Mi secreto es, silenciar la gula de mi avaricia,
y tan sólo cobijarme en la cárcel de mi dicha,
sonriendo con el alma y con sobria hidalguía
la espantosa balacea de tu tenaz hipocresía.
Bueno, Miguel A. todos somos un poco hipócritas en ocasiones...Felicidades por tus escritos y tu trabajo, que ya leí lo que publicaste.Un abrazo
ResponderEliminarAmigo Miguel, todos tenemos una careta, no solo de hipocresia, puede ser de muchas actitudes, pero la peor es la de la maldad, la de envidia, etc.la que se visten de bondad, pero tu lo sabes, vives conociendo eso y haz hecho un jardin hermoso donde no penetra nadie que no lo dejes pasar si no quieres. Asi es que hay que vivir. Somos una selva, donde avanzamos individualmente, asi que tenemos muchos niveles. Sabes que admiro tu capacidad de creatividad y tu hermosa obra, espero que dupliques ahora lo que Dios te ha compensado ante los mortales.
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