jueves, 25 de octubre de 2012

La falsa luz

¿Por qué dejar que la luz nos embauque
en su baile nocturno de mentiras?

¿Acaso nos ciega el rubor de sentirnos puros?

Las noches serán cubiertas por los deseos,
porque en la luz del día; tristes los momentos,
nunca sabremos domar nuestra conciencia.
Estamos expuestos en los escaparates del tedio
como maniquíes abandonados entre miradas furtivas,
los reflejos difuminados por la luz de los días,
donde creemos ser humanos y transeúntes peregrinos.

Yo sé que sientes como yo trato de explicarte,
esta misma luz, ciega nuestros ocultos anhelos,
¿acaso tu noche es distinta a la mía?

Solo el día nos transforma, nos acongoja
y nos hace ser cómplices del suicidio humano,
donde los sentimientos se esconden sin remedio 
y se priva al desvelo de los cotidianos encantos.

Basta con amar la noche para morir soñando
en la colérica expiación de nuestros pecados.

¿Por qué dejar que la luz nos embauque
en su baile nocturno de mentiras?


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