Desde luego que sabré recordarte;
ya he tomado la medicina que calma
el dolor que supura en todas mis heridas,
desde luego que el silencio es poca tortura
para el ofuscado amor que siento al besarte;
¡ya no más amor! no deseo sentirme culpable,
algo nos separa y no somos ni tú ni yo,
quizá sea el fragmento de tiempo que,
aún no ha germinado en el recuerdo
y espera que el presente se arremoline
en las afligidas noches de invierno,
entre los vientos que azotan los besos,
donde al calor del deseo saciado,
siempre y eternamente, sabremos amarnos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario