viernes, 18 de noviembre de 2011

La vida prestada

No envolvamos la vida que alguién nos entregó prestada,
no compliquemos el artificial engranaje de la existencia presente,
dejémosla sola, adherida al destino ineludible que nos guía,
dejemos de pensar por otros, de dañar nuestra propia esencia,
seamos libres en el infinito cielo; que no necesita nuestras alas,
para entregar su perdón por nuestros actos, a veces, inconscientes.
Nunca estaremos solos en este colosal horizonte de insignes almas,
por tanto, ¿por qué renunciar a ser sentimiento en los placeres?
Placer de vivir en paz, en cuerpo y alma, confinando al silencio
el inmutable frío de la espada, que clava su filo en las emociones frustradas,
sin racional sentido, de todas las almas tristes y atormentadas.
No envolvamos la vida en odio, que alguién, nos entregó prestada.


Miguel Ángel Bernao

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