lunes, 26 de diciembre de 2011

El cínico camino

Al final de la vida
el viaje sigue su curso,
he aquí, que he alcanzado un paisaje
hecho con luz y sombras de un ayer,
y aunque trate de regresar con la verdad,
este cementerio frío y sin horizonte
me ha unido con sangre a su eternidad
y al embriagado silencio de la noche.
Y a penas puedo ya gritar,
pues mi voz se pierde en la anchura
de esta gravedad sin forma ni propósito,
ni entusiasmo manifiesto por mi presencia.
Soy un alma más vagando en otro mundo
con el rostro roído en llagas por llorar,
y las arrugas abiertas por sonrisas,
con esta perspectiva de mi muerte
flotando en un recuerdo vago,
que poco a poco, se hunde
en este angosto cementerio.
No es cinismo si te digo,
que cayendo al fondo sonrío,
pues pienso en cualquiera
que con sufrimiento haya perdido
aquello que no se recupera.
Sonrío, pues aquí estoy con ellos,
en el intenso bullicio de un abrazo,
a medio camino entre eternidad,
amor e intangible sacrificio.

Derechos reservados del autor – @Poemas 2011
Prohibida su reproducción sin la autorización expresa del autor


Miguel Á. Bernao

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