Me gustaría parecerme a ti,
en la extendida línea de tu verdad,
en el amarillo apolillado del silencio,
aunque, si bien lo pienso,
tus palabras para mí son horizontes,
tan inalcanzables como indefensos.
Enredado en la calma de tus trances,
sigo interpretando tus metáforas,
queriendo confundirme en la prudencia
de tu sinceridad más rebuscada.
Y que difícil es sentir la lluvia
en un verso de fina melodía,
un paisaje sombreado de nubes
en la escultura de tu valía.
Y tú, tierna poesía para mis ojos,
vas desmembrando tus vocablos
en siluetas afanadas,
para engrandecer el arte
de todas tus palabras prestadas.
Pero no de ira
las estrofas brotarán,
ni del sentimiento sin vida,
sus armónicas voces serán, hoy y siempre…
la eternidad buscada en la poesía.
Derechos reservados del autor – @Poemas 2011
Prohibida su reproducción sin la autorización expresa del autor
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Miguel Á. Bernao
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