A lo largo del caudaloso tiempo,
a través de la espesura del misterio,
estarán sin moverse hasta ahora,
los malecones indefensos.
Inmediatamente el oleaje
escupirá su fuerza en sal,
y luego, a mí desdoblará en bruma,
ante el cielo extraño y lívido
de la sombra de mi holgura.
Me transformo como los momentos
borrachos de dulce mistela,
en agua, aire y malecón indefenso,
como las flores en broza
tras la tormenta de invierno.
Soy esencia de conspiración,
entre la vida y la muerte,
una fina linea imperceptible
entre cosa, credo o devoción.
Soy el reflejo de la materia
languideciendo en disfraces
de camaleónicas formas,
que añaden a mi esencia deseos
y la única verdad consentida:
que el tiempo es etéreo en vida,
y en sueños, malecones indefensos.
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