La soledad aterra;
absorto en tu belleza
la nostalgia que me llega,
en brasas se me encierra.
Ejercitando mi pluma
por la sangre de mis venas;
virtud amiga que emana
en el trajín de mis penas.
La soledad fingiendo
en el vaivén del presente,
encerrada en recuerdos
la virtud de mi mente.
La soledad se desespera
entre el gentío del espejo,
librando momentos de espera
en este amor sin reflejo.
Derechos reservados del autor – @Poemas 2011
Prohibida su reproducción sin la autorización expresa del autor
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Miguel Á. Bernao
La soledad, realidad del hombre, donde el silencio aplasta el alma, un silencio lleno de ruidos que no acompañan, pero ante el espacio insondable, es la verdad de que eres uno y estas solo contigo y tu mente tituradora de vivencias.
ResponderEliminarBellas palabras, razonadas y enternecedoras. El silencio es conocimiento y reflexión del mundo que nos acompaña por el trance inesperado de nuestra vida. Vivencias y enseñanzas, amiga, para llegar a la bonda del alma. Un saludo.
ResponderEliminar¡Ay Soledad!
ResponderEliminar¡Eterna Soledad!
Ayer lloraba porque estabas,
hoy me muero porque no hablas.
Bien. Te sigo. Besos.
¡Equilibrio!, apreciada Teresa. No podemos morir llorando por una falta, ni vivir mirando lo que nos falta. Un abrazo.
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