viernes, 28 de septiembre de 2012

Ángeles y demonios

Cuando nos ocultamos en el pensamiento
la satisfacción es sutilmente espontánea, 
al menos dejamos los espantos para el alba
y en las noches discutimos nuestras penas.

¿Qué entiendes por alegría?

¿Acaso ser rico, poderoso ante el pobre,
mandatario en tu execrable avaricia?

¡Mentira…sino no hay vestigios
que puedan alimentar los corazones!

Nadie puede descifrar el rumbo del poeta;
no es mentira ni estratagema cimentar sueños,
pero aunque el alma se descubriera de vicios
nadie entendería nuestra doliente congoja.

Los ángeles y los céfiros demonios no existen,
no poseen estirpe que engrandezca sus hechos,
pero en la madrugada retornan las alas y el fuego
revelando una existencia de iniquidades incautas.

Prefiero ser poeta, porque nosotros si existimos
aunque dejemos en la oscuridad las condenas
y el mundo nos tache de afligidos mentirosos
en la exactitud abierta de nuestra conciencia.

¿Qué entiendes por alegría?

Estoy triste… pero sonrío en la intangible 
realidad de mis satisfechos sentimientos.


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