viernes, 28 de septiembre de 2012

Arrópame

Arrópame, hoy es un día de frío,
como lo fue el ayer, y el olvido 
del silencio desnudo de mi cuerpo,
evocando los recuerdos en la hoguera
candente de nuestros sentimientos.

Abrázame, que tus caricias no tiemblen,
y susúrrame al oído lo que el viento se lleva,
esos rumores de amores fugaces que, el tiempo
siempre guarda en las noches y las primaveras.

Sacúdeme, limpiando el polvo de mis huesos
y dándome aire fresco al menos para jadear,
y seguir inmutable en mis recónditos adentros
sometiendo la pasión y el recuerdo de tus besos.

Obsérvame, en el sutil reflejo del espejo maltrecho
con la espalda mordida por las espinas de las faltas
y mi boca atrancada por la mordaza de la indiferencia
que el pasado dejó en el presente de mi nostalgia.

Haz de mi todo aquello que desees…
pero sobre todo, no me pidas que no te quiera.

Tristemente, cuando se ama nunca se olvida.


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