Bailan las fantasías alrededor de una hoguera
en una noche sin estrellas y con hábitos de brea,
se perfila el contoneo en una oscuridad perpetua
y el alba aún reposa plácidamente en las quimeras.
Son los sueños del compás monótono del tiempo
y allí donde jamás la luz del angosto día precipita
llega el templado fuego con las briznas encendidas
y la pasión encadenada a los misterios de la vida.
Cuando evoco el ancho desván de tus recuerdos
siempre vacía y disimulada queda la desdicha
que vela la faz polvorienta en la ilusión sentida
y en los harapos tristes del polvo de la injusticia.
Atrás quedó aquello que no se alcanzó a expresar
entre prudencias encerradas en océanos muertos
que por unas horas decapitaron nuestros sentimientos
en los ocultos rincones del razonado entendimiento.
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