sábado, 20 de octubre de 2012

Carcoma

Huele el tiempo a humedad y carcoma,
a la vez que una adultera mirada se detiene
en el tiempo perturbado de un presente
que transgrede los despojos en la mente.
Un hedor infernal de miseria profana
aguerrido al murmullo de un silencio
que deshojando va los sentimientos
en el profundo misterio de un desvelo.
Son los posos de una eternidad sacrificada
en las curvas angostas de una serpiente,
rozando el veneno el abismo de la muerte
y el miedo insurrecto la agonía silente.
Creo en la oquedad de las formas furtivas,
de estas sombras impulsivas que peregrinan
por las pesadillas más horribles y emotivas
de mis noches solitarias y cautivas.
Creo que el tiempo aún es carcoma
aunque tú me mires y me enamores
con la fragancia de tus sutiles aromas.


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