martes, 9 de octubre de 2012

¿Qué nos pasa a los humanos?

Los polichinelas a merced del capote
con los hilos extensos y bien cosidos
a unas manos que no pueden separarse,
ni tan siquiera descubrir las llagas,
ni acariciar la sensibilidad del alma
que poco a poco va hinchándose de pecado.
La misericordia arremolinada ante el poder
de unos injustos valores que anteponen
la codicia a la extensa amplitud de la pureza;
la extremaunción apresada en las pesadillas
y los ricos y avaros derrochando las injusticias del pobre,
mordisqueando su yugular con las fauces apretadas.
Vienen lágrimas de cebolla escarchada,
panes duros como piedras y sed de agua,
va llegando la penuria y los sollozos se vacían
en la olla, con el pan y la cebolla rociada. 
Comeremos hoy, no sabemos si mañana,
y el otoño seguirá cubriendo de nostalgia
el tiempo que nos queda por vivir muriendo,
con las entrañas desgarradas y los harapos 
enlutados en las frías noches de invierno.
¿Qué nos pasa a los humanos?
¿Por qué tanto sufrimiento?


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