Me hubiera gustado ser arboleda
para sentir la sumisión del dolor,
ser raíz y convertir entre la tierra
los secos afluentes de las venas
en el manantial saciado del amor.
Me hubiera gustado calcinar el fuego
que prende en la carcoma del silencio,
dejar el ramaje enredado en el viento
y a los blancos mirlos descubriendo
las nubes deformadas de los cielos.
Me hubiera gustado ser el paisaje
en las brumas angostas de tu reino
gozando de la pasión y el peregrinaje
de mis desconocidos sentimientos.
Me hubiera gustado velar la noche
rectando por la esperanzada tierra
en el cadalso de las ocres pesadillas
que buscan la lágrima de tus entrañas.
Me hubiera gustado labrar los campos
con las garras de mi pasión cubiertas
y al rozarte con mis inmundas llagas
erguir las fantasías que nos reclaman.
Me hubiera gustado amarte…
siendo agua, siendo raíz
de tu adulterada tierra.
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