lunes, 26 de noviembre de 2012

Tú sabes distraerme como yo requiero

Tú sabes distraerme como yo requiero;
providencia que despedaza los espejos
de mi sometido otoño en tus recuerdos,
juntos, abrazándonos en el fuego irreductible,
cual brizna desatada en las cenizas de un bostezo,
y enloquecidos de pasión; como lombrices aferradas
a la esencia de la tierra, juntos, gozando del amor,
vuelven las primaveras prestándonos su belleza.

Todo lo que existe germina en tu bautismo,
los océanos, valles, horizontes, los ríos,
y esta esperanza de amarte sin tiempo,
se aferra a la vela que navega entre los vientos, 
y lleva a los puertos, besos que aguardan mi cariño.

He tatuado tu cuerpo con las raíces de mi amor,
y en la inmensidad, se han secado las arboledas,
y los pájaros, apresados en el aire se han quedado
sin ramas que soporten su inevitable descanso.

Amada mía, ten presente los requerimientos del destino,
y si de pronto me olvidas, sacude el silencio a los vientos,
y que el alma reverdezca en la pasión de nuestros besos.

Tú sabes distraerme como yo requiero;
providencia que despedaza los espejos
de mi sometido otoño en tus recuerdos,
juntos, abrazándonos en el fuego irreductible,
cual brizna desatada en las cenizas de un bostezo,
y enloquecidos de pasión; como lombrices aferradas
a la esencia de la tierra, juntos, gozando del amor,
vuelven las primaveras prestándonos su belleza.




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