Si acaso descubriera en tus perfectos ojos
lo que mi boca calla y la lengua sacude,
la música, en sus horas de profunda amargura,
confesaría sus misterios a la lóbrega noche.
He soñado los ardientes entusiasmos
devotamente abrazado a mi cintura,
y el cuerpo, con el alma de los ojos
ha violado el contorno de tu figura.
He soñado con la niebla que fluye
y se mezcla con las raíces de tus cabellos,
en el crispado viento que se pierde
en los sutiles confines del sentimiento.
Y si acaso descubriera en tus perfectos ojos
lo que mi boca calla y la lengua sacude,
volvería a soñarte con la misma costumbre
de amarte en las noches de mi pesadumbre.
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