Sal en llamas…
hervidas en unos ojos
sin apenas lágrimas,
sal salada…
de tristeza y mares sin agua,
sal evaporada…
en desiertos sin oasis,
sal aderezada… en carne
flagelada y desconsolada,
sal en tierra...
de estiercol y rosas
de grandiosas espinas.
Sal…eterna, saliendo de mi ojos
y mí sufrida nostalgia.
Miguel Á. Bernao
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