Ya están secos los sauces

Ante ti, me entrego como verso

desecho en calcinados pedazos,

ante el fuego de un poema inacabado;

se va fraguando la vida ante este echo,

al ritmo de instantes marginados

en contornos sembrados de sueños.

Me entrego...como esencia y alma,

al misterio que depara el destino,

a los ríos y afluentes de mis lágrimas,

a la risa noctámbula, en atardeceres

cómplices de abismos y nostalgia.

Me entrego con la piel desgarrada,

fuertemente atadas las manos,

con soga de esparto y huesos quebrados.

Me entrego a tu virtuoso cauce,

que limita la ignorancia de mi conocimiento,

por más que mis recurrentes versos

crepiten en la prendida leña del sauce.

Me entrego a ti, querida vida,

ante la armonía que dispones,

en sendas que el alma desconoce.

Y ya están secos los sauces

que sembrados dejé en el hueco

de tus inimaginables trances.

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Miguel Á. Bernao

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