martes, 6 de marzo de 2012

Deja la luz encendida...

Deja la luz encendida…

Me quedaré mirando las huellas
de tus manos sobre mi cintura,
dibujando ausencias en el recuerdo
de un lívido sueño que, poco a poco,
irá transformando mi frágil vigilia.


Cierra la puerta con sigilo…


Que no se escape el vaho de la pasión que,
en las proscritas noches, fue mi amante consentido.


Abre el alma 

-sombra de inquieto misterio-
que entre sueños te resguardas y suplicas
que mi cuerpo te entregue fragancias de ámbar
y arrumacos inigualables de terciopelo.


Abre tus poros a la esencia de mi credo,

que la memoria envejezca entre los sueños,
 y que las oscuras noches traigan el recuerdo
y el intangible sabor de tus dulces besos.


Derechos reservados del autor – @Poesías 2011
Prohibida su reproducción sin la autorización expresa del autor.



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