Dejo paso al silencio y al tenaz presente,
incluso al futuro encerrado en destinos
que en deformes burbujas de aire templado
van recubriendo el tiempo y el olvido.
Me voy haciendo mayor, pero me consta y sé
que las ilusiones son esperanzas muertas
en vías sin sentido, que sólo queda la interina
sensación de haber vivido con la esperanza
prendida en sueños y encapuchadas metáforas.
Por eso es que no puedo partir sin nada
y aunque el peso sea dolor templado
me llevo el gusto salado de los mares
y el volumen simétrico de los cielos
que en tormentas camuflan la divinidad
de los recuerdos, y en la arena dejan el tiempo
por el que mis huellas ya pasaron.
El exilio también soporta propósitos
y enmiendas certeras de almas pobres
por eso no oculto mis humanos errores
cuyos pecados tan sólo fueron presunciones.
No existe liturgia para borrar el último recuerdo,
el que se aferra al marginal secreto despiadado
que por las cuencas deformadas va guiando
lágrimas de cauces intratables y desolados.
Me voy haciendo mayor,
llorando sequías y silencios
entre fantasías e ilusiones,
que bien…sabré llevar a mi lecho.
incluso al futuro encerrado en destinos
que en deformes burbujas de aire templado
van recubriendo el tiempo y el olvido.
Me voy haciendo mayor, pero me consta y sé
que las ilusiones son esperanzas muertas
en vías sin sentido, que sólo queda la interina
sensación de haber vivido con la esperanza
prendida en sueños y encapuchadas metáforas.
Por eso es que no puedo partir sin nada
y aunque el peso sea dolor templado
me llevo el gusto salado de los mares
y el volumen simétrico de los cielos
que en tormentas camuflan la divinidad
de los recuerdos, y en la arena dejan el tiempo
por el que mis huellas ya pasaron.
El exilio también soporta propósitos
y enmiendas certeras de almas pobres
por eso no oculto mis humanos errores
cuyos pecados tan sólo fueron presunciones.
No existe liturgia para borrar el último recuerdo,
el que se aferra al marginal secreto despiadado
que por las cuencas deformadas va guiando
lágrimas de cauces intratables y desolados.
Me voy haciendo mayor,
llorando sequías y silencios
entre fantasías e ilusiones,
que bien…sabré llevar a mi lecho.
Miguel Á. Bernao
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