viernes, 12 de octubre de 2012

Ellos conciben...

Vuelvo a desquiciarme, con este inútil afán de crear
y a la vez desmantelar los paradigmas de mi espíritu;
reconozco la huraña virtud del hedonismo de la voluntad,
y me aturullo entre los crepúsculos del desconcierto
de mi propia agitación y singular devoción caótica.
Un mundo establecido para dañar cautelosas esperanzas
al abrigo de una perspectiva de falsedad hipócrita,
quizás, tan solo sea la necesidad de escudriñar atajos
lo que me aferra a los paraísos que hoy sacuden tormentas.
No quiero dejar el verso empantanado de crudas protestas,
no se merece la palabra tal despropósito y tanta injusticia,
pero… ¿acaso estos huéspedes irascibles de negra estampa
han perdido el respeto de esta heredad que tanto les ama?
Ellos conciben… que los versos limitan sus poderes.


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