sábado, 17 de noviembre de 2012

El presente ya se ha ido

El presente ya se ha ido;
¿por qué hablar de él?,
¿acaso cuando quiero recordar
todo se mantiene en el mismo sitio?
El presente nos traiciona, nos muestra
un fragmento de su mísera agonía,
y nos deja la esencia del recuerdo
y la duda de un futuro que se olvida.

Cuando quiero reír, la lágrima ya invade mis emociones,
cuando bostezo esculpo sentimientos en el aliento
y ya el barro se ha secado y las llagas ya no sangran,
y los colores se difuminan en blancos días y negras noches.

¿Por qué hablar de él?

No vivo en él, vivo en el transito de su tiempo,
en el recuerdo sempiterno; la lluvia ya no empapa,
ni los otoños se embriagan de vientos,
ni los mares sepultan sus olas en las playas.

No pudo transportar mi cuerpo hacia el presente,
pero no importa, a la sombra de los recuerdos
tantas veces he vivido, que hoy no necesito,
ni tan siquiera recordarte para poder pensarte.

El presente ya se ha ido.


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