lunes, 25 de marzo de 2013

Voy seduciéndote

Voy seduciéndote, acostumbrándome a la debilidad,
a las sombras que envuelven la noche con su deseo.

Voy concibiendo la existencia detenida en el tiempo
y en un espléndido experimento constante y armónico.

Voy desnudo con la sed reseca de mis adentros
perfumando los instantes y floreciendo en tu recuerdo,
en los soplos del alma que han cerrado ya los cielos
y han trasladado el espíritu a la cárcel del silencio.

Voy por el mismo camino que aflige mi pena,
sangrando la lágrima y arrinconado la luna,
en los pesares que el tiempo va desgranando
en el desvelo perpetuo de mi propia condena.

Voy amándote aunque me muera
y de pena la muerte me proteja.


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