jueves, 25 de julio de 2013

Algo

Tan solo necesito soñar para hacer de tu cuerpo
el otoño promiscuo de mis inmortales desnudos;
algo, con esa luz tan seductora que embruja el alma
ha lacrado los silencios en nuestras furtivas miradas.

Puede ser que el universo conspire contra nosotros;
algo, esa necedad que confiesa su sórdido pecado
o tal vez la simple predisposición a sentirnos deseados.

Probablemente, el rigor de las primaveras ha cauterizado
nuestro empeño en sufrirnos con la esencia alborotada,
con las emociones dispersas en la vaguedad de la existencia,
y la noche, sigue alimentando las estrellas, con su céfiro destello
y las sombras de un recuerdo que germina de la nada.

Probablemente, la admiración sea recíproca.


No hay comentarios:

Publicar un comentario